lunes, 31 de enero de 2011

Kazan, la llegada

Pues van mis primeras 24 horas aquí en Kazan, así que yo creo que ya puedo dar mis primeras impresiones y aventuras por acá.

Todo comenzó desde la llegada al aeropuerto de la Ciudad de México, no tuve ningún contratiempo e ingresé a la fila del Club Premier de Aeroméxico para documentar, ahí me echó la mano mi hermana que no se como convenció a los chavos de aeroméxico para que pudiera pasar rápido por ahí.

Pensé que me iban a cobrar cargo por el exceso de equipaje (llevaba dos maletas de 19kg) pero no tuve ningún problema, el único detalle es que la señorita quería darme los boletos y las claves para que el equipaje llegara directo a Rusia, pero me comentó "estoy viendo el mandar sus maletas hasta Rusia" a lo que yo le respondí "eso sería genial", y me dice "pero no puedo", ouch, así que ni modo, tendría que recogerlas en Estados Unidos y volver a documentar.

Pasé al Wings con mi familia y tuvimos un buen desayuno, me eché una arrachera a la tampiqueña, el último platillo mexa que me iba a aventar en un muy buen rato, así que aproveché y super a gusto. En eso se me acerca una persona y me pregunta "puedo tomarme una foto con usted?", me sacó muchisimo de onda, y yo así de "como porque?", como que ya me vio bien y me pregunta "usted no es de TV Azteca?", "errmmm no!", "oh usted disculpe", y se va, la verdad me dio mucha risa el asunto.

Pues ya paso a la sala de espera y todo muy bien, sin retrasos ni nada, salvo las pinche mil revisiones (que insisto, es pura cuestión psicológica sin efectos reales) ingresamos al avión, y a iniciar la travesía. Estuvo muy a gusto porque iba en el asiento de la ventana pero nadie enmedio, entonces tuve dos asientos para echarme a gustisimo, y la verdad es que la chica de al lado no estaba de mal ver, aunque no cruzamos palabra, no estaba tan de buen humor. El vuelo estuvo bueno pero lo que si es que el desayuno que nos dieron ahí (si, desayuné dos veces, grave error) fue la cosa mas horrorosa que he probado en mi vida, eran unos huevos con salchicha pero como fueron cocinados en masa, estaban todos duros y chiclosos, sudados aparte por el contenedor de aluminio, y además como que me hicieron daño, como al rato aclararé.

Nueva York se veía muy bien desde el aire, todo gris y nevado, le da un toque bastante interesante que no me había tocado ver, un día regresaré por estas épocas a visitar a detalle. Aterrizamos en el aeropuerto JFK y pasar migración fue algo bastante rápido, no hubo ningún otro vuelo así que la fila fue muy ligera, lo que si, el oficial no encontraba mi visa y me pregunta "vive usted aquí?" yo así de "no", "es que no trae visa", y yo así de "si, ahi está", "no, aquí no está", que le quito el pasaporte y le abro en la página donde estaba y le pongo jeta así de "que wey eres", no me dijo ya nada, solo "está bien, pase", jajajaja me estaba riendo por dentro.

En fin, salgo al área de check-in, y voy al mostrador de Aeroflot para documentar mi siguiente parada, Moscú, ahí me atendió un cuate como de la India lo que me llamó mucho la atención, pero todo el proceso estuvo rápido, lo que no me latió es que después de que checaran y pesaran tu equipaje tenías que llevarlo a un área de seguridad a documentarlo, como que me dio mala espina eso.

Estuve poco rato en el JFK, como media hora sin hacer nada, ya que las otras horas las invertí en los clásicos trámites de documentación, migración y demás. Finalmente entramos al vuelo a Moscú y la verdad quedé muy impresionado de los aviones de Aeroflot, super moderno, un Airbos A330 o algo así, pero muy cómodo, y algo que me llamó la atención es que los rusos vaya que saben viajar en avión, todos con ropa cómoda, pantuflas para andar descalzos todo el tiempo, y con sus almohaditas y demás.

La comida en este avión fue deliciosa, aunque ya empezaba con malestares del desayuno de horas atrás. En este caso comí un guisado de carne con champiñones y una ensalada de judías con maíz amarillo, todo muy rico, un jugo de tomate que sabe muy diferente al americano, pero bastante sabrozón. Al contrario de lo que me llegó a pasar en Ucrania, las personas extremadamente amables, gente muy decente y amigable, me gustó mucho, también ahí estuve ayudando a una niña americana a llenar su formulario de entrada a Rusia, aunque yo tampoco tenía mucha idea :P, pero tenía ojos bonitos, asi que quien era yo para negarme. También nos dieron de desayunar unos "pancakes" que obvio no eran eso, de hecho medio me asusté porque me pasaron algo que tenía el color y la forma de huevos revueltos (vinieron las imágenes escabrosas del desayuno de Aeroméxico a mi mente), pero bueno, sabía que tendría que aguantar muchos sabores que tal vez no serían de mi agrado, pero oh grata sorpresa, no era huevo, era como una especie de queso bastante rico, la verdad me gustó también bastante.

Aterrizamos en el aeropuerto Shemeritovo, y estuvo todo también muy tranquilo, tardé un poco en pasar migración porque la oficial nunca había visto una visa como la mía, incluso tenían unos como microscopios portátiles y lo estuvo usando para examinar a detalle cada parte del documento. Luego escaneó mi pasaporte y finalmente me dejó pasar, el frío estaba muy relax, -4°C, pero lo que si es que el jet lag me estaba empezando a pegar bien fuerte, además empecé a sentir los estragos del maldito desayuno de Aeroméxico, nada grave, pero parecía que dos aliens se estaban peleando dentro de mi estómago, un gruñidero impresionante, que hasta me daba pena por lo ruidoso.

Tardé casi una hora en recoger las maletas, pero afortunadamente llegaron bien, al documentar para el transbordo tuve un problema ya que el peso permitido es mucho menos, así que finalmente tuve que pagar exceso de equipaje. Se tardaron también otro ratote porque el sistema no les dejaba cobrarme pero tampoco dejaba dar de alta la maleta,finalmente llegó el supervisor del supervisor del jefe de turno y desbloquearon el sistema, también destacando que el trato fue increíble, la verdad no lo esperaba de los rusos caray, que buen detalle.

Volví a entrar a la zona de salas, y algo muy curioso, como que cada país le añade su toque a la seguridad, aqui fue muy tranquila, pero por ejemplo, te daban unos zapatitos de esos de cirujano para que te los pusieras y no anduvieras descalzo, y no son tan sangrones como en Mexico o USA.

Estando ahi me pasó algo muy bizarro, el jet lag lo traía a todo lo que daba, tan es así que ni siquiera puse bien la hora y pensaba que tenía media hora cuando en realidad iba a estar como cinco ahí dentro, traté de ir al baño para ver si eso aminoraba mi pelea de aliens intestinal, pero no había papel en ningún baño, así que a aguantarme con el gruñidero, y aparte estaba tan cansado que quería dormir, pero como estaba sentado y con algo de frío (la sala estaba a temperatura ambiente) empecé a tener una serie de malos viajes bien intensos. Apenas cerraba los ojos y empezaba a soñar cosas raras, pero ligadas con lo que estaba pasando en ese momento, daban algunas indicaciones por el altavoz y en mis sueños las escuchaba en español, y despertaba cuando cabeceaba bien cañón, aparte, para colmo de males, olvidé mi libro, y me quedé sin pila de la laptop en Nueva york, así que nada mas estaba haciendo tiempo a lo wey, que horrible es esperar sin tener nada que hacer, estuve viendo las noticias en las teles, y me chuté dos horas de un especial de la crisis en Egipto donde repetían las mismas cinco imágenes una y otra vez.

Finalmente asignaron sala a mi vuelo, que también fue un relajo porque hubo como cinco vuelos a Kazán y todos de Aeroflot, y la sala correspondiente a mi vuelo traía otro vuelo en su pantalla de información, lo malo es que nos tocó abordar un autobus en la intemperie para ir a terminal remota y no me había cambiado, traía ropa para andar en México, no a -15°C como ya había caído la temperatura, pero no hubo tanto problema, ya que traía la chamarra de astronauta, me la puse y sin ningún problema, solo que el autobus tardó como 20 minutos en llegar a la posición remota y los tubos para agarrarse estaban helados.

Finalmente pude subir al avión, para no perder la costumbre me tocó ventana y con nadie en el asiento de enmedio, solo una chica rara en el asiento de pasillo, que literal se apañó el asiento de al lado, pero no me importó, solo me recosté, y traté de dormir mientras los aliens ya luchaban por salir a través de mi pecho, juro que era una sinfonía, que horrible.

Después de una hora y media, el capitán dio el aviso de inicio del descenso, me pude despertar y darme cuenta que no se veía nada, la neblina a todo lo que daba, ni siquiera veía el ala caray,en eso el avión empezó a balancearse de un lado a otro con algo de violencia, como en esas caricaturas donde el piloto trata de atinarle a la pista, había un viento cruzado super méndigo y fue justo en ese momeno que alcancé a ver el suelo, no se distinguía porque todo estaba blanco por la espesa nieve, pero ya estábamos a unos veinte metros de altura, no me apaniqué pero si me alteró un poco. Seguía bajando en zigzag hasta que ya estabamos arriba de la pista, y justo un metro antes de tocar, pudo enderezar la nave y literal dijo "ahora o nunca" y dejó caer el avión sobre la pista, si fue un impacto algo fuerte, pero por lo menos fue plano, no se sintió derrapado ni nada por el estilo, la verdad si la sentí cerca.

Finalmente en el aeropuerto me estaba esperando un chavo de la universidad, buena onda, recogí las maletas (ahí si me pidieron los tickets de equipaje, como suelen hacer en México) y salimos al estacionamiento. Con la guerra de aliens y el cansancio fue un calvario, caminamos como 300 metros en la nieve, arrastrando las maletas, a veces el hielo compacto ayudaba, otras veces las maletas se hundían y tenías que hacer fuerza para arrastrarlas, finalmente casi al llegar al carro tuve tremendo resbalón (el primero de muchos por venir) y caí de nalgas al suelo, afortunadamente solo me dolió el orgullo (como todas las veces).

En el carro tuve mi primera impresión de Kazan, la verdad es que a ratos se veía muy moderna, no le pide nada en cuestión de arquitectura a ciudades del norte de Estados Unidos o de Canadá, al llegar me recibió Masha y su familia, finísimas personas, me hicieron cenar como puerco, y tuvimos una plática super amena, tal vez solo opacada por los ruidos de mis tripas, no manches, me duraron dos días y se quitaron de la nada, esa fue mi épica llegada a Kazán, espero en los días venideros postear lo que viene que es todavía mas interesante :D

2 comentarios:

Mario dijo...

...¿nulas?

Chololo dijo...

o sea como?

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